23:06 | Autor: Daniel Aréchiga
Como es bien sabido por el que lo haya experimentado, la primer semana después de cambiar de residencia es algo caótica, en mi caso el doble porque he dejado a mi familia atrás de forma temporal.

El primer inconveniente es el no conocer el lugar nuevo, y si a eso le agregamos la barrera del idioma lo vuelve algo complicado. En mi caso la barrera no es precisamente el idioma, sino la idiosincrasia. Es que las costumbres y forma de expresarse diferentes son siempre algo que lleva tiempo para adaptarse, ya lo he vivido anteriormente en otras ocasiones y circunstancias y es la adaptación que estoy viviendo actualmente.
En general puedo decir que Valladolid es una ciudad amable, que me ha recibido de forma sutil y agradable, ha hecho de mi adaptación una tarea sencilla aunque las costumbres y formas de funcionar sean diferentes.

Algo que me ha agradado mucho es lo amigable y acogedora que es, una ciudad tranquila, no muy grande, no muy chica, un lugar donde transitar por sus calles -principalmente en el centro- es una delicia. El centro es la zona donde la ciudad vive y respira, es el lugar donde la gente sale a caminar y a disfrutar de sus calles, la mayoría peatonales.

La gente quizás no será muy sociable como en muchos lugares de latinoamérica, pero si es muy respetuosa y honesta, es al menos la impresión que tengo en esta primer semana aquí. Creo que hice una buena elección de ciudad para vivir mis próximos 4 años.
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