12:51 | Autor: Daniel Aréchiga

El otoño está en su apogeo y nos anuncia que el invierno se acerca, las hojas de los árboles siguen cayendo convirtiendo las calles anteriormente verdes en bosques de afiladas ramas secas. Ha habido algunos días de frío regular o un poco más intenso, pero ya llevamos dos días que a arreciado, como si quisiera decirnos que nos preparemos para el invierno.

En estos días facilmente hemos llegado por la noche a los -2° o -3°c, durante el día con trabajos llegamos a los 6°c en algunas ocasiones. Estas temperaturas quizás a los lugareños les parezcan normales, pero para mi si son más frías que lo acostumbrado, pero bueno, nada que no se remedie con un buen abrigo y calefación cuando sea necesario, no es como para sufrirla.

Algo curioso es ver como algunos animales les gusta un clima u otro. En verano se podían ver moscas, mosquitos y algunos otros insectos. En el río encontrabas cierto tipo de patos que son color café. Ahora con el frío prácticamente no se pueden ver insectos y los patos cafés le dan espacio a otros de cuello verde que comenzaron a llegar cuando se fué retirando el calor. Igual como pasa con la ropa, ahora todos abrigados, con bufanda, guantes y cualquier accesorio que nos proteja del clima.

Por lo pronto en casa ya todos pasamos por la gripa, yo al menos la sigo padeciendo y no queda más que abrigarse y cuidarse para pronto estar repuesto. Según los pronósticos del clima en los próximos días podría caer aguanieve, que aunque hace un par de días cayó fué muy poco, es de esos fenómenos de la naturaleza que hay que ver y apreciar.

14:47 | Autor: Daniel Aréchiga
En esta ocasión me interesa comentar sobre el asunto de la comida, si bien es cierto que soy una persona que no es muy delicada en este sentido, también me gusta probar la comida de los lugares que visito porque es una forma de compenetrarse más con el lugar, ya sea sólo un viaje de placer o como es mi caso, mi nueva estancia por un tiempo.

Creo que uno de los shocks importantes cuando viajas a otro país, independientemente del idioma y demás costumbres, es la alimentación la que marca una pauta para hacernos recordar nuestro origen y hacernos extrañar. No es que la comida de nuestra región sea mejor que otra (porque todos diremos eso), sino que es con la que hemos crecido y nos hemos acostumbrado, por lo que el cambio de costumbres alimentarias puede resultar por demás complicado si no se tiene una disposición a ello. Casi todos cuando salimos a otro país es lo primero que extrañaremos.

En mi caso me ha tocado probar diversos platillos propios de la gastronomía española, siendo honestos me he encontrado algunos que no creo volver a probar, pero de igual forma he probado algunas delicias que de sólo recordarlas se me hace agua la boca. Afortunadamente en Valladolid existe una gran variedad de lugares donde alimentarse, desde simplemente picar hasta una comida bien en forma. Entre las cosas bastante recomendables que he probado están algunas ensaladas, cortes de carne y sopas. En una ocasión comí una ensalada de atún bastante simple y que no parecía la gran cosa pero una vez que la probé tuve que cerrar lo ojos por un par de segundos para poder disfrutar de la fiesta que se inició en mi boca. Que verdadera delicia...

Una característica de la denominada "dieta mediterranea" es el consumo de ensaladas, aceites y vinagres, principalmente el aceite de olivo. Se dice que en base a esta dieta es que la población de estos lares se mantiene saludable y eso se puede apreciar al caminar por la calle al ver que no existen problemas de obesidad que podemos ver en otros lugares. También es muy arraigada la costumbre de acompañar la comida con pan, así como nosotros comemos tortilla.

Dicen que en gustos se rompen géneros, pero, que tanto estás dispuesto a probar algo diferente y apreciarlo sin todo tu conocimiento previo? romperías tu paradigma de alimentación? Yo por lo pronto disfruto de las ricas comidas, sin importar su nacionalidad u origen, pero eso si, no dejo de extrañar mis tacos de carnaza y sobre todo y como buen tapatío, mis tortas ahogadas.
9:24 | Autor: Daniel Aréchiga
La raza humana siempre ha tenido la tendencia de medir la duración de los ciclos, periodos y el tiempo en general, como si de esta forma pudiéramos tener el control de eso que llamamos segundos, días y años. A final de cuentas, es sólo un juego que el tiempo nos deja jugar sabiendo que de todos modos él es el amo y señor y nosotros nada podemos hacer contra eso.

Hoy es un día de contrastes para mi, es un día importante y a la vez es un día común. Mi percepción, mis sentidos y el entorno en general me demuestran que es un día normal, mis pensamientos y emociones me dictan lo contrario. Hoy entro a la década de los 40's y a pesar de ser un día como cualquier otro tiene un significado profundo para mi. Desde hace ya varios años había establecido esta fecha como un punto de parada, de revisión y evaluación. En términos estadísticos cumplir 40 es más o menos la mitad de una vida promedio, por lo que quizás es un buen momento de reflexión sobre lo hecho, lo pasado, los errores y aciertos, lo que soy y hago y lo que depara el futuro. Si miro hacia atrás puedo ver como la vida me ha sonreído y tengo todo lo que necesito y no necesito lo que no tengo. Soy un afortunado.

En mi evaluación me doy cuenta que cometí errores y tuve aciertos, como todos, quizás mi vida pudo haber tomado un curso diferente en algún momento, eso no lo sé ni lo sabré, pero estoy muy contento de lo que soy, de lo que tengo y de lo que he hecho; así que sólo resta continuar mi camino como hasta ahora lo que hecho, aprendiendo de los errores y tomando decisiones, pero sobre todo viviendo el día a día, las cosas simples y sencillas que le dan a nuestra vida un toque diferente y la enriquecen, estas que están allí y nos las topamos todos los días, sólo es cuestión de apreciarlas.

La vida es como un estanque que se llena de agua gota a gota, momento a momento, en el que nosotros decidimos si atesoramos agua pura y transparente o dejamos que se enturbie al guardar la que no vale la pena. En ese estanque nosotros decidimos que y quien entra y como lo compartimos con los demás. De como lo tratemos depende de nosotros. Para mi es muy claro que tipo de gotas deseo atesorar y cuales sólo veré pasar, se muy bien qué tiene un valor verdadero para mi y qué no vale la pena.

Hoy al estar lejos de mis familiares y amigos siento nostalgia, aunque la compañía de mi esposa e hijas, mis amigos que me acompañan a un lado o desde lejos, son de esas gotas que atesoro.

Contrastes...