20:10 | Autor: Daniel Aréchiga

Por fin puedo darme el tiempo para escribir un post que llevo escribiendo desde hace un rato y que no había podido terminar, sin más preámbulos aquí va…

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Una de las diferencias que se llegan a notar después de un tiempo de estar en España, es todo lo relacionado con los medios de transporte. Lo primero que notaremos es el nombre de las cosas, lo que en México le decimos carro en España será un coche, ya que un carro aquí sería más bien una carreta o un carrito de supermercado. En México se usan carro y coche de forma indistinta, aunque mientras más cercano al DF más se utilizará la palabra “coche”.

Luego, lo que en México es un camión, acá se le conocerá como bus o autobús si es para transporte urbano, autocar para el caso del transporte foráneo. Entonces, un camión en España será algo parecido a un tráiler o un camión de carga de México.

Como lo pongo en el título del post, lo que en México es manejar, en España se le dice conducir. Aquí manejar sería aplicable a manipular algo, por ejemplo, manejar una herramienta.

¿No te has confundido aún? pues aquí a la licencia de chofer se le conoce más generalmente como carnet de conducir, el que por cierto requiere de todo un proceso para poder obtenerlo.

Ya entrando en éste asunto, la obtención de la licencia (o carnet) lleva un tiempo, y por supuesto un costo, considerablemente mayores a los necesarios en México. En España para obtener el carnet de conducir se debe primero inscribir en una autoescuela, que son negocios particulares que ofrecen ese servicio bajo permiso del gobierno. Una vez que se aprueban los cursos se obtiene una certificación que entonces nos permite tramitar la licencia. Este proceso tiene dos puntos muy importantes y contrarios, el primero es la ventaja de asegurar que cualquier conductor cuenta con al menos una capacitación formal sobre las reglas y leyes de tránsito, lo que, al menos en teoría, hará que se tengan mejores conductores por las calles. Por el contrario, la gran una desventaja es el hecho de que quienes desean obtener la licencia se encuentren atados a una autoescuela, ya que he sabido de casos de personas que aunque tengan elementos para rápidamente aprobar, se les han aplicado exámenes con mayor nivel de dificultad, debemos recordar que a final de cuentas son negocios y no conviene que se vayan pronto los estudiantes.

Para darse una idea del negocio que son las autoescuelas, lo más barato que nos debe salir la licencia podría rondar alrededor de los 300€, es decir unos $5,000 pesos mexicanos. De allí para arriba será el costo final, siendo muy normal pagar unos 600€ ($10,000 pesos mexicanos).

Otra diferencia importante que quiero recalcar, es la relacionada con el respeto de los conductores hacia los demás, incluyendo los peatones. Esto, claro, comparando mi experiencia entre el estado de Jalisco y la ciudad de Valladolid, aunque puede aplicar en términos generales para el resto de ambos países.

Esas rayitas pintadas de blanco que atraviesan la calle y que en México no sabemos muy bien para que sirven, en Valladolid son bastante respetadas, son los pasos de cebra. Aquí he notado que la mayoría de la gente cruza por ellos y los automovilistas también en su gran mayoría se detienen para dejar pasar a una persona que lo vaya a cruzar. En México ya sabemos que la prioridad es del carro y el peatón tiene que esperar el semáforo o que no vengan más vehículos. Los camiones (o buses) también gozan de privilegio de paso ante los carros, aunque también éstos dan prioridad a los peatones.

Otra diferencia que puedo notar, es la habilidad de los conductores. En México puedo apreciar que por lo general se tiene mayor habilidad para maniobras diferentes a tan sólo transitar por la calle, por ejemplo, para transitar por un espacio estrecho o al estacionar, mientras que en Valladolid veo que en ciertas circunstancias los conductores se ven con menor pericia o con mayor duda o falta de confianza. Por ejemplo, desde mi ventana a diario veo gente que batalla para estacionarse en un espacio más que suficiente, llegando a contar hasta 10 veces que se intenta estacionar, algo que en México no resultaría ningún problema. Igual me ha tocado ver con frecuencia personas que “no pueden pasar” por una calle estrecha cuando yo sé que en México prácticamente ningún conductor se vería detenido en espacios de esas características. Unas por otras…

Así que como en muchos asuntos, siempre existen diferencias que para mi enriquecen la experiencia, sin decir que una es mejor que la otra, si no que simplemente las circunstancias son diferentes.

Me despido por el momento, prometiendo publicar muy pronto la siguiente entrada. Por favor, deja tus comentarios, dudas o sugerencias, hasta pronto!