Caminar por las calles de la zona central de Amsterdam es recorrer años de historia, personajes importantes y un paisaje muy pintoresco. En lo personal he quedado impresionado por la ciudad, por su arquitectura, entorno, multiculturalidad, ambiente de respeto y sobre todo por sus bicicletas. Y es que la bicicleta es un medio de transporte bastante socorrido, de esto comentaré algo en la siguiente entrada.

Las calles adoquinadas abren sendas entre las casas y edificios de 3 o 4 plantas, tranvías, canales, terrazas y árboles, todo en un clima fresco tirando a frío. Aquí se respira un auténtico sabor europeo. Es una ciudad que se disfruta recorrer a pie para apreciar por completo la postal que se complementa por sus comercios y su gente tan diversa.

Existen algunos parques siendo el más grande y conocido el Vondelpark, un espacio verde bastante agradable donde puedes practicar actividades recreativas y de ejercicio, pasear en bicicleta o pasear a tu mascota. También hay muchos museos, algunos dedicados a personajes famosos de la ciudad como Ana Frank, Van Gogh o Rembrandt.

Cuenta también con una zona conocida como Leidseplein, lugar donde se encuentra la mayor concentración de bares, cafés y restaurantes de la ciudad, una zona que tiene vida propia prácticamente a cualquier hora del día y donde encontrarás el lugar exacto para cualquier tipo de gustos.

Visitar Amsterdam también es recorrer su famoso barrio rojo, lugar que se caracteriza por la conocidas “vitrinas” donde mujeres exhiben mercancía buscada por hombres, así también por los coffeeshops que ofrecen bebidas naturales y pequeñas cantidades de droga.

Sin lugar a dudas, Amsterdam es una ciudad diferente en todos los sentidos, es interesante si se le ve con ojos de asombro y la mente abierta, por eso creo que es un lugar por conocer…