23:32 | Autor: Daniel Aréchiga
Antes de comenzar con mi aventura en España recibí algunas "advertencias" sobre el trato que podría encontrarme con algunas personas de este lado del Atlántico, las que honestamente no tomé muy en cuenta aunque si generaron una pequeña incertidumbre al respecto. De todos modos yo quería crearme mi propia opinión.


Lo primero que me di cuenta es que efectivamente la gente aquí (al menos en Valladolid) es muy seca para decir las cosas, muy directa y en ocasiones parece que te está maltratando verbalmente por el tono de voz que se utiliza y decir las cosas tan tajantes. Una vez que fuí conociendo más a la gente, sus costumbres, la cultura en general (y porque no, hasta el clima) me di cuenta que la gente por lo general es muy abierta y respetuosa, yo al menos he sido recibido estupendamente por todos con los que tengo contacto. Por esto me detuve a analizar un poco el porque de la primera impresión, la que regularmente nos formamos los que venimos de América.


Mi forma de analizar fué volteando para atrás, hacia el lugar de donde vengo. Lo primero que me di cuenta es que en México (y casi todo Latinoamerica) estamos acostumbrados a ponerle flores, adornar o suavizar las cosas, sobre todo si se trata de una negativa, cosa que en estos lares es todo lo contrario.

Me explico un poco más con un ejemplo: Si hablas con un amigo para invitarlo al cine y este no puede/quiere ir, lo más común es que te de toda una explicación de su negativa con la intención de no "herir susceptibilidades" o quizás te diga que si para después de un rato llamarte y decir que no o simplemente dejarte plantado. Ya me imagino la explicación de "No, fíjate que tengo mucho trabajo y luego tengo que pasar a recoger unas cosas, no creo que alcance a ir" cuando desde el inicio sabe que no va a ir.


Aquí la cosa es diferente, o al menos en mi reducida experiencia, si invitas a alguien y no puede/quiere ir simplemente te dice: "No, no voy". Ya quizás venga una pregunta y una explicación, pero es opcional, ambos tienen el mensaje correcto desde la primer respuesta.


Esto para nuestra costumbre es un pequeño-gran shock, ya que no estamos acostumbrados a que nos digan las cosas de golpe, directas. En cierta ocasión intenté hablar con un profesor, con el que no tenía cita, llegué a su oficina y al tocar y pasar la puerta me dijo "no te puedo atender, ven después". Al principio me sentí bastante extraño mientras metía reversa y cerraba la puerta, pero al instante entendí el significado que tenía decir las cosas por su nombre. Me hizo recordar la infinidad de veces que yo en mi oficina y teniendo una tarea muy complicada, urgente o de gran concentración recibía a una persona y le dedicaba el tiempo que ella requería a costa del trabajo que estaba haciendo. Porque no tuve el valor/habilidad para darle valor a MI tiempo y de decir simplemente "no puedo atenderte".


En fin, esto puede ser polémico, pero en tu opinión que prefieres, ¿que te pongan flores y adornos o recibir la respuesta directa? Son diferentes formas de interactuar, quizás para ciertas cosas si quieres las flores pero para otras el mensaje directo, creo que a final de cuentas, es sólo cuestión de costumbre.
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