10:12 | Autor: Daniel Aréchiga

Hoy quiero escribir sobre algo que me ha pasado en día recientes. Resulta que soy lector de un blog de Emilia Ayala, corresponsal de RTVE en México. En días pasados en su blog hice un comentario respecto a que siempre se mencionan los aspectos negativos de México y que eso va dañando nuestra reputación hacia el exterior. Por supuesto que tenemos problemas de narcotráfico, corrupción y muchos otros, pero la imagen que de México se tiene es de una incertidumbre total.

Por experiencia propia, cuando saben que soy mexicano me preguntan siempre por las muertas de Juárez, los narcos y asesinatos, pero esto es generado porque las noticias que se ven de este lado del mundo tienen que ver sólo con esto.

Emilia, cortésmente me contestó el mensaje e inclusive su siguiente entrada de blog inició con un "Lo siento Daniel...", ya que el tema era de nueva cuenta sobre asuntos de narcotráfico. Esto me ha llevado a reflexionar sobre que tan consientes y que tan activos somos al respecto.

Si la imagen de México está muy deteriorada desde hace muchos años, primero por la corrupción y ahora por la violencia, ¿que estamos haciendo los mexicanos? Claro que una forma de remediarlo es propiciando una difusión positiva de nuestro país, tratando de en la medida de nuestras posibilidades mostrar lo mejor de nosotros, no necesitamos ser reconocidos periodistas, podemos hacerlo desde un blog, con el contacto con otras personas o cuando tenemos la oportunidad de viajar al extranjero.

Pero la solución real viene de más al fondo, viene de atacar las raíces del problema. Debemos ser más proactivos y realistas: ¿como se ataca la corrupción? pues no sólo criticándola que eso nos sale muy bien, sino dejando de ser parte activa de ella. Todos nos quejamos de lo corruptos que son X o Y personas, pero compramos piratería, no respetamos los reglamentos de tránsito, damos mordidas para que nos resuelvan algo, etc. Imagínate el país que tendríamos si dejáramos esta vieja costumbre de lado.

Los que lo hayan visto no me dejaran mentir, pero es curioso y notorio como una persona que va conduciendo sin respetar los reglamentos de vialidad y tirando basura por la ventanilla, al cruzar la frontera y entrar a Estados Unidos se convierte en una persona respetuosa del medio ambiente y las leyes de tránsito.

Dejemos de fingir y volvámonos mexicanos honorables, tratemos con respeto a nuestro trabajo, a los demás, al entorno y a nosotros mismos y seguramente haremos que también de esta forma cambie la forma en que se ve México desde fuera...

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